AUTOR/A: Alejandro Soler March, Francisco Guardia Vial y Enrique Viedma Vidal
AÑO: 1910-1928
CATEGORÍA: Calle
LOCALIZACIÓN: Valencia
DESCRIPCIÓN: El Mercado Central de Valencia es uno de los principales exponentes del modernismo valenciano, proyectado inicialmente en 1910 por Alejandro Soler March y Francisco Guardia Vial, y concluido en 1928 por Enrique Viedma Vidal.
Ubicado en el corazón histórico de la ciudad, su diseño combina hierro, cristal y cerámica, ofreciendo una estética modernista que realza la importancia del comercio local y la agricultura regional.
El edificio, de planta poligonal que se ajusta a lo irregular del solar, se organiza en torno a una calle interior de mayor anchura que conecta la fachada principal con la posterior, con otros dos corredores perpendiculares a ella que enlazan con los accesos secundarios.
La estructura, metálica, integra ingeniosas soluciones constructivas y produce una notable impresión de diafanidad. Destacan especialmente las cúpulas, revestidas de cerámica en su interior: la de mayor tamaño, situada sobre uno de los cruces de calles interiores, alcanza 30 m de altura, proporcionando una excelente iluminación natural. La pescadería se individualiza por su planta octogonal, contando con su propia cúpula, en este caso elíptica, como fuente de luz natural. El edificio presenta también un extenso sótano de aprovisionamiento con pilares de ladrillo de sección circular y bóvedas rebajadas. La fachada principal presenta en su parte superior grandes huecos protegidos con lamas y decorados con vidrieras y se remata en sus extremos por dos construcciones historicistas de ladrillo rojo de reminiscencias centroeuropeas.
ANÁLISIS: El Mercado Central de Valencia es una obra emblemática que refleja la identidad histórica y cultural de la ciudad mediante una arquitectura sofisticada y funcional. Su diseño estructural, basado en materiales innovadores para la época como el hierro en combinación con el vidrio, proporciona ambientes internos luminosos, frescos y visualmente atractivos. La decisión de emplear elementos modernistas, como decoraciones florales y geométricas, lo posiciona como un espacio donde el comercio diario se mezcla con la relevancia simbólica y cultural.
La distribución racional y organizada del espacio interior asegura una fluidez excepcional, permitiendo que la interacción comercial y social se desarrolle de forma cómoda y agradable. La decisión de integrar grandes cúpulas acristaladas facilita una iluminación natural óptima que destaca tanto la belleza arquitectónica como la calidad de los productos frescos expuestos, potenciando la experiencia comercial y sensorial.
Una de las virtudes más significativas del Mercado Central es su capacidad para actuar como agente dinamizador urbano y social, propiciando encuentros interculturales e intergeneracionales en un contexto cotidiano. La integración de actividades educativas o culturales relacionadas con la gastronomía local reforzaría su impacto como patrimonio vivo y eje dinamizador de la comunidad.
M.ª Pilar Biel Ibáñez y Gerardo J. Cueto Alonso (coords.), 100 elementos del patrimonio industrial en España. [Gijón]: TICCIH España, CICEES, 2012.
Francisco Hidalgo Delgado, “Investigación integral de las unidades constructivas-arquitectónicas que definen el Mercado Central de Valencia como ejemplo singular de la arquitectura modernista valenciana”, tesis doctoral, Universitat Politècnica de València, 2010.
Francisco Hidalgo Delgado, “De lo proyectado a lo construido. El Mercado Central de Valencia”, EGA Expresión Gráfica Arquitectónica, n.º 119 (2012), pp. 114-125. link