DESCRIPCIÓN: Mercato Centrale Torino se emplaza en el edificio conocido originalmente como PalaFuksas (o Centro Palatino)—obra de 2005 de Massimiliano y Doriana Fuksas—, un centro comercial reformulado para este uso en 2019 por el mismo equipo de arquitectos. Su planta diáfana de vidrio y acero alberga 4.500 m² distribuidos en tres niveles con 28 puestos de artesanía alimentaria, una escuela de cocina, tiendas, bares, cervecería y espacio polivalente.
El diseño mantiene la envolvente transparente del edificio original, facilitando conexiones visuales entre actividades y entorno urbano. En planta -1 se recuperan las antiguas ghiacciaie, típicas construcciones subterráneas vinculadas al mercado abierto anexo de la Porta Palazzo. El espacio se activa con áreas de usos flexibles, circulaciones fluidas, escaleras y pasarelas que conectan puestos y restauración. La configuración abierta invita a mezclarse entre la experiencia cotidiana de un mercado al aire libre y el refinamiento de cocinas gourmet: desde comida callejera hasta propuestas de chefs reconocidos.
Iniciativas similares, de reactivación de mercados históricos como centros gastronómicos contemporáneos, se han puesto en marcha por la misma empresa en Florencia, Milán y Roma.
ANÁLISIS: El Mercato Centrale convierte un antiguo centro comercial en un híbrido entre mercado tradicional y foco gastronómico. La lectura crítica parte de una paradoja: respetar la transparencia y carácter icónico del volumen de los Fuksas, mientras se transforma internamente para priorizar la interacción social y la experiencia culinaria. La estructura abierta favorece la conexión entre productores, cocineros y visitantes, renovando el sentido del mercado como espacio público vivo.
La recuperación de las ghiacciaie subterráneas no es solo arqueología urbana: inscribe la iniciativa en una continuidad histórica, visibilizando procesos —conservación, almacenamiento, frío— asociados al mundo alimentario. La combinación de una oferta masiva (los 756 puestos externos de Porta Palazzo, el mercado al aire libre más grande de Europa) y la emergente (28 artesanos en su interior) produce una sinergia entre economía tradicional y cultura gourmet.
La arquitectura de Fuksas, cristalina y funcional, se revela, sin embargo, no exenta de tensiones —como la polémica con los productores locales por la imposibilidad de abrir puertas correderas a la plaza— que ejemplifican el conflicto entre forma y función en edificios públicos . Pese a ello, la intervención de 2019 supo reactivar el lugar, conciliando espectáculo arquitectónico, memoria y vida gastronómica.
Como espacio de sociabilidad, gastronomía e historia, el Mercato Centrale Torino representa un caso paradigmático de cómo la arquitectura puede (re)activar la cadena alimentaria dentro de la ciudad, conservando ritmos, saberes y visibilizando procesos esenciales al alimentarnos. Al fusionar mercado, cocina, enseñanza y lugar de encuentro, propone una arquitectura alimentaria auténtica, inclusiva y estratégica en la regeneración urbana.
BIBLIOGRAFÍA:
Página web del propio Mercato Centrale Torino, link
Ficha del proyecto original de Centro Palatino en la web del Studio Fuksas, link
Molinari, Luca, Massimiliano Fuksas. Opere e progetti 1970-2005 (Milán: Skira, 2005), pp. 116-123.