DESCRIPCIÓN: La Maison Owl es una vivienda unifamiliar y restaurante diseñada por Junya Ishigami en un entorno rural de Japón para un chef francés que deseaba una construcción masiva, que diese la impresión de haber estado siempre allí. Ishigami propuso una arquitectura topográfica, semienterrada, sin distinción evidente entre el interior y el exterior.
La obra nace de un proceso escultórico radical: primero se moldeó la casa como un negativo subterráneo utilizando estructuras de espuma y encofrado de tierra. Posteriormente, se vertió hormigón para crear un cascarón continuo que, una vez endurecido, fue desenterrado con excavadoras. El resultado es una arquitectura-caverna, con formas orgánicas y muros curvos que envuelven los espacios como si se tratase de una madriguera.
La estructura de hormigón adquiere una textura terrosa y casi geológica, al haberse renunciado a la limpieza de las superficies tras el desencofrado. Aparecen también aberturas irregulares que funcionan como ventanas, puertas o lucernarios horadando la masa. La vivienda se ubica hacia el sur y el restaurante hacia el norte, quedando ambos interconectados por tres patios. Cuando el restaurante se encuentra cerrado al público, sus espacios los colonizan las actividades domésticas, mientras que los comensales del restaurante pueden "invadir" ciertos espacios de la casa según lo deseen los residentes.
ANÁLISIS: La Maison Owl encarna la radical poética de Junya Ishigami, quien transforma la arquitectura en una exploración del límite entre naturaleza y artificio. La casa no es un objeto posado sobre el paisaje, sino una forma excavada, una arquitectura-paisaje que busca desaparecer para permitir a sus habitantes vivir como parte del ecosistema.
El uso del hormigón vertido in situ para crear una cáscara sin juntas refuerza el carácter monolítico, casi mineral, de la construcción. La espacialidad resultante es envolvente y sensorial, evocando cuevas o santuarios primitivos.
Si bien el proyecto plantea desafíos prácticos en cuanto a mantenimiento, ventilación, aislamiento o compatibilidad de funciones, estas cuestiones no disminuyen la fuerza conceptual de la propuesta, que desafía las convenciones sobre lo habitable.
La Maison Owl es un experimento construido sobre la disolución de límites: entre arquitectura y terreno, entre el tiempo geológico y el tiempo humano, entre casa y madriguera. Su mayor virtud es su capacidad para hacer sentir que habitar puede ser también una forma de desaparecer.