DESCRIPCIÓN: El Pepsi-Cola World Headquarters fue diseñado por la firma Skidmore, Owings & Merrill (SOM), más concretamente por sus arquitectos Natalie De Blois y Gordon Bunshaft. Su construcción terminó en 1960 en el 500 de Park Avenue, Nueva York, EEUU. Las decisiones más importante del proyecto fueron retranquear las fachadas con respecto a la parcela y disponer unas franjas verticales de granito negro en las medianeras, conservando así la simetría e imagen de volumen perfecto exento. Además es en las medianeras donde concentran los servicios y comunicaciones, permitiendo tener planta libre en la zona principal que es la de oficinas. La obra fue directamente influenciada por los edificios de Mies vander Rohe en Estados Unidos: por tanto el edificio se destaca por su sofisticado muro cortina, que busca ser lo más simple, fino y acristalado posible, combinando ligereza visual, transparencia y orden. Crea un ritmo armonioso a través de sus elementos horizontales y verticales, que enfatiza la construcción esquelética de hormigón armado, acero, aluminio y vidro. Esta estética miesiana se convirtió en la imagen de la firma SOM para el diseño de edificios corporativos. Aun no teniendo la gran altura de un rascacielos, y con una escala reducida, sus proporciones precisas y estética depurada lo integran perfectamente en el tejido urbano de Manhattan, consiguiendo un equilibrio entre monumentalidad y discreción.
ANÁLISIS: El edificio de la sede mundial de Pepsi-Cola, inaugurado en 1960 en la Park Avenue de Nueva York, representa un hito tanto arquitectónico como corporativo en la relación entre empresa, ciudad y modernidad. Situado estratégicamente en la esquina de la calle 59, en pleno Midtown neoyorquino, el edificio establece un diálogo urbano con otras obras emblemáticas de la modernidad como el Seagram Building o el Lever House. Aunque de proporciones más contenidas —once pisos—, logra destacar gracias a una fachada audazmente simple y elegante, que lo distingue en el competitivo skyline de Manhattan.
El edificio fue diseñado por la reconocida firma Skidmore, Owings & Merrill, y es uno de los primeros ejemplos neoyorquinos de curtain wall (fachada cortina) de vidrio espejo. Las enormes placas de vidrio (de hasta 3,9 metros de ancho) cubren casi toda la superficie exterior, enmarcadas por bandas de aluminio cuidadosamente tratadas para evitar el aspecto industrial habitual de los metales. Gracias al uso de tecnología avanzada —como aire acondicionado integral, brise-soleils móviles, falsos techos acústicos y sistemas de iluminación tanto natural como artificial—, el edificio ofrecía un ambiente de trabajo moderno, eficiente y confortable, acorde con los más altos estándares estadounidenses de la época.
La elección de Madison Avenue como ubicación no fue casual: en los años 60, esta zona era el corazón simbólico de la publicidad y el consumo en EE. UU. Que una marca de bebidas como Pepsi-Cola decidiera instalar allí su cuartel general reflejaba no solo su éxito económico —multiplicando ventas y beneficios durante la década anterior—, sino también su deseo de posicionarse como un actor clave en la cultura popular y el imaginario colectivo. El edificio no solo albergaba oficinas: proyectaba una imagen de modernidad, sofisticación y ambición en plena era dorada del consumo masivo.
BIBLIOGRAFÍA:
Ernst Zietzschmann, “Pepsi-Cola Hauptverwaltung in New York”, Bauen + Wohnen, n.º 10 (1962), pp. 417-422. Accesible en: https://doi.org/10.5169/seals-331307
Jane Hall, ed. Breaking Ground: Architecture by Women (Londres, Nueva York: Phaidon, 2019).
Nicholas Adams, Gordon Bunshaft and SOM: building corporate modernism (New Haven: Yale University Press, 2019), pp. 93-97.