DESCRIPCIÓN: La disolución de las ciudades es un proyecto teórico desarrollado por el arquitecto alemán Bruno Taut en 1920, justo al finalizar la Primera Guerra Mundial. Forma parte de una serie de obras utópicas como Alpine Architektur y Die Stadtkrone, producidas en un contexto de fuerte agitación social, marcado por la derrota de Alemania y la esperanza de una transformación radical del mundo. Inspirado por pensadores como Paul Scheerbart, Gustav Landauer o Kropotkin, Taut propone un modelo de asentamiento humano que supere la dicotomía entre lo urbano y lo rural.
El proyecto plantea una sociedad descentralizada y autosuficiente basada en la agricultura, la artesanía y la cooperación. En las ilustraciones del libro se presentan diferentes tipologías de asentamientos: desde Eine Arbeitsgemeinschaft, una aldea en forma de flor para unas 600 personas, hasta Landarbeitsgemeinschaft, un centro de trabajo agrícola con viviendas dispuestas en herradura alrededor de un patio colectivo.
Cada persona dispone de tierra suficiente para el autoconsumo, y los elementos comunes como graneros o establos se agrupan en torno a patios. En los Grossbetriebe, los usos industriales se integran en un sistema disperso pero conectado por ejes de comunicación. La arquitectura es sencilla, simbólica, impregnada de un carácter casi místico, y concebida como una forma de arte para las masas.
En definitiva, Taut propone una disolución literal de la ciudad moderna, sustituyéndola por una red de comunidades cooperativas en íntimo contacto con la naturaleza, donde el trabajo se transforma en alegría y el territorio en un espacio armonioso y productivo.
ANÁLISIS: La disolución de las ciudades de Bruno Taut representa uno de los manifiestos más radicales y poéticos de la arquitectura expresionista. Su propuesta no sólo cuestiona la estructura urbana industrial, sino que plantea una reorganización completa del territorio y de la vida social. En este nuevo mundo, la ciudad moderna se desvanece para dar paso a un sistema descentralizado de asentamientos autosuficientes, donde lo individual y lo colectivo se entrelazan.
Taut plantea una crítica profunda a la alienación urbana provocada por el capitalismo industrial. Su respuesta no es un urbanismo racionalista, sino un ecosistema cooperativo, agrario y simbólicamente poderoso. Inspirado por Kropotkin y Landauer, concibe la arquitectura como un arte total al servicio de una comunidad libre y creadora, y la agricultura como su columna vertebral.
En este modelo, la comida no es solo sustento, sino medio de cohesión social y conexión con la tierra. Cada individuo posee tierra cultivable; cada asentamiento se organiza en torno a la producción agrícola. El pan, como emblema de esta autosuficiencia, se convierte en una forma de comunión. Los graneros, huertos, establos y patios son más que equipamientos funcionales: son nodos de intercambio y celebración colectiva.
Desde una perspectiva contemporánea, su propuesta puede parecer ingenua, idealista y desligada de la complejidad económica o tecnológica. Sin embargo, anticipa debates vigentes sobre sostenibilidad, decrecimiento, resiliencia alimentaria y formas de habitar más enraizadas. Taut no diseña ciudades, sino una forma de vida en armonía con el paisaje, donde arquitectura y agricultura componen una misma utopía.
BIBLIOGRAFÍA:
Bruno Taut, Die Auflösung der Städte. Die Erde eine gute Wohnung, o Der Weg zur alpinen Architektur (Hagen: Folkwang 1920).
Bruno Taut, Escritos, 1919-1920. Iñaki Ábalos, ed. (Madrid: El Croquis, 1997).
Winfried Nerdinger, “Un grande albero deve avere radici profonde. Tradizione e modernità”, en Winfried Nerdinger y Manfred Speidel (eds.), Bruno Taut: 1880-1938 (Milán: Electa, 2001), pp. 8-19.
K. Hartmann, “Bruno Taut, architetto e urbanista delle città-giardino”, en Winfried Nerdinger y Manfred Speidel (eds.), Bruno Taut: 1880-1938 (Milán: Electa, 2001), pp. 137-155.