DESCRIPCIÓN: La Casa de Vidrio, concebida por Lina Bo Bardi como su propia vivienda y laboratorio de experimentación, constituye una de las obras más paradigmáticas del movimiento moderno en Brasil. Ubicada en una ladera boscosa del barrio de Morumbi, la vivienda se eleva sobre esbeltos pilares que reducen su impacto sobre el terreno y permiten que la vegetación continúe su crecimiento bajo la estructura.
La casa se organiza en dos áreas diferenciadas: la zona social, abierta y transparente, y la zona privada, más cerrada y contenida. En el ala pública, el vidrio despliega una conexión sin interrupciones con el exterior, mientras que en la zona privada, materiales como la madera y la mampostería generan una atmósfera más recogida. La cocina, si bien se mantiene relativamente discreta en la composición espacial, juega un papel clave en la articulación del espacio doméstico, estableciendo una relación directa con el comedor y reforzando la idea de la vivienda como lugar de encuentro.
El diseño interior combina mobiliario moderno con piezas artesanales y elementos de la cultura popular brasileña. Esta síntesis entre modernidad y tradición dota a la casa de un carácter singular y evidencia la sensibilidad de Bo Bardi hacia la vida cotidiana y su dimensión simbólica.
ANÁLISIS: La casa constituye un punto de inflexión en la concepción del espacio doméstico moderno. Su estructura elevada y la transparencia de sus cerramientos redefinen la relación entre el habitar y la naturaleza, mientras que la distribución de los espacios interiores revela una reflexión profunda sobre la vida cotidiana y sus rituales. En este sentido, la cocina adquiere un protagonismo sutil pero significativo.
Si bien no se presenta como un núcleo dominante en la organización de la casa, su relación con el comedor y el exterior demuestra una voluntad de integración entre la preparación y el consumo de alimentos, en oposición a la segregación funcionalista que caracterizaba muchas viviendas de la época. Este planteamiento, más próximo a la tradición vernacular brasileña que a los modelos europeos, favorece la convivencia y la fluidez de usos dentro de la casa.
El carácter ligero y abierto de la casa sugiere una experiencia sensorial vinculada al clima y la geografía de São Paulo. La cocina, al no estar encapsulada, se convierte en un espacio de intercambio, donde la preparación de los alimentos no se aísla del resto de la vivienda, sino que se integra en su dinámica cotidiana. En este sentido, la propuesta de Bo Bardi anticipa estrategias que hoy resultan esenciales en el diseño contemporáneo de viviendas, como la eliminación de jerarquías entre áreas de servicio y espacios de reunión.
A pesar de la claridad conceptual del proyecto, la extensión del vidrio como cerramiento principal puede plantear desafíos en términos de confort térmico, especialmente en un clima tropical. La ventilación cruzada y la elevación sobre pilotes resuelven en parte esta cuestión, aunque soluciones adicionales en el ámbito de la protección solar podrían optimizar la habitabilidad del espacio.
Desde una perspectiva gastronómica y cultural, la casa se convierte en un escenario donde la alimentación es parte de un rito más amplio de conexión con el entorno. La transparencia y la fluidez espacial favorecen una relación más directa con la naturaleza, lo que inevitablemente influye en la manera en que se perciben y experimentan las actividades cotidianas vinculadas a la comida.
BIBLIOGRAFÍA:
Mara Sánchez Llorens, Fermina Garrido López, “La cocina de la Casa de Vidrio de Lina Bo Bardi: arquitectura vital y rituales culinarios a partir de la medida humana y el hábitat”, en XXXVI Jornadas de Investigación y XVIII Encuentro Regional de Investigación Si+Categorías (2022). link
Mara Sánchez Llorens, Lina Bo Bardi. Buenos Aires: Diseño Editorial, 2015.
Silvia Perea, “Casa de Vidrio”, en Arquitectura, n.º 356 (2009), pp. 46-55. link