AUTOR/A: Rogers Stirk Harbour + Partners, Alonso Balaguer y Arquitectos Asociados
AÑO: 2000-2008
CATEGORÍA: Territorio
LOCALIZACIÓN: Peñafiel
DESCRIPCIÓN: Situada en un enclave de gran valor paisajístico y simbólico, a los pies del castillo medieval de Peñafiel, la nueva sede de Bodegas Protos surge de un proyecto conjunto entre el estudio del prestigioso arquitecto británico Richard Rogers y el estudio español Alonso Balaguer.
El proyecto responde a un concurso internacional ganado en 2000 y se materializa en 2008 como un edificio que conjuga innovación tecnológica, sensibilidad histórica y eficiencia medioambiental.
La bodega se extiende en una parcela triangular de 19.450 m², de los cuales más de 10.000 se encuentran enterrados, facilitando así el mantenimiento de unas condiciones térmicas estables durante todo el año.
Una de sus características más distintivas es la cubierta, formada por cinco grandes bóvedas parabólicas de madera laminada y acero que evocan los perfiles de las barricas y que con su revestimiento cerámico dialogan con las cubiertas presentes en el paisaje.
ANÁLISIS: El edificio de Bodegas Protos se erige como una pieza de arquitectura contemporánea que respeta y potencia la tradición vinícola y el carácter monumental del lugar en el que se inserta. Uno de sus mayores aciertos es la articulación entre paisaje, arquitectura y producción: lejos de competir con el castillo de Peñafiel, el nuevo edificio se subordina visualmente a él, manteniéndose bajo su cota y replicando en su cubierta el ritmo ondulado del terreno.
Esta relación topográfica se refuerza mediante el uso extensivo del subsuelo como estrategia bioclimática, que permite controlar las temperaturas sin recurrir a sistemas mecánicos invasivos.
El edificio toma como referencia las tradicionales bodegas subterráneas de la región, en las cuales la inercia térmica del terreno proporciona las condiciones ambientales necesarias para la crianza del vino. Se conecta con las instalaciones preexistentes mediante un túnel y se compone de dos partes claramente diferenciadas: una subterránea resuelta a modo de basamento de hormigón armado, que alberga la bodega, y otra superficial con envolvente de vidrio y cubierta por bóvedas, que acoge los procesos de carga y descarga de vehículos, fermentación, distribución y embotellado, así como una zona de oficinas, un área de degustación y un pequeño auditorio. En el diseño de la estructura y en la elección de los materiales se tuvieron en cuenta la convección natural del aire y el soleamiento para conseguir las condiciones ambientales óptimas. La permeabilidad visual entre espacios técnicos y de visita responde a una voluntad pedagógica, donde el visitante se convierte en testigo de los procesos productivos.