DESCRIPCIÓN: El Mercado Colón, diseñado por Francisco Mora Berenguer, es una de las piezas más significativas del modernismo valenciano, concebido para satisfacer las necesidades del primer ensanche de Valencia.
Su estructura se compone de una cubierta metálica diáfana organizada en tres naves basilicales, destacando la central con una luz de 18 m, sostenida por pilares de fundición y cerchas metálicas.
Sus dos fachadas principales de ladrillo rojo y cerámica, con arcos monumentales decorados con mosaicos alusivos a la huerta valenciana, contrastan elegantemente con la transparencia de los laterales abiertos, permitiendo una excelente ventilación e iluminación natural.
El edificio, que originalmente albergaba 280 puestos, ocupa una superficie de más de 4.300 m², limitado perimetralmente por una verja artística.
Tras un periodo de decadencia, fue rehabilitado entre 1997 y 2003, incorporando usos comerciales y de ocio en espacios subterráneos, manteniendo su función como lugar de encuentro social y cultural.
ANÁLISIS: El Mercado Colón representa una innovadora propuesta urbana y arquitectónica que fusiona con éxito funcionalidad y estética modernista, convirtiéndose en un símbolo del progreso social y económico valenciano de principios del siglo XX. Su diseño abierto y diáfano, atípico para los mercados de la época, favoreció una excelente integración urbana al permitir la continuidad visual y funcional con el entorno inmediato. Este enfoque espacial no solo garantiza condiciones óptimas de higiene y ventilación, sino que también potencia su rol como espacio social vivo y dinámico, trascendiendo la mera función comercial.
El uso audaz de la estructura metálica como elemento visual predominante en las naves laterales refleja una modernidad constructiva adelantada a su época. No obstante, las monumentales fachadas de ladrillo y cerámica, si bien de gran calidad artística y técnica, introducen un marcado contraste estilístico que podría considerarse como un eclecticismo moderado, aunque justificado por la necesidad de resolver la composición formal de los testeros.
La rehabilitación realizada entre 1997 y 2003 revitalizó considerablemente el edificio, aunque también introdujo ciertas modificaciones en la espacialidad original mediante módulos comerciales y espacios de ocio. Estos cambios, aunque puedan ser debatibles, han permitido que el Mercado Colón continúe siendo un activo centro social y cultural.