DESCRIPCIÓN: La Casa do Baile, obra emblemática de Oscar Niemeyer, fue concebida como un espacio dedicado al ocio, la restauración y la sociabilidad popular, situada en una pequeña isla artificial unida a tierra firme por un puente de hormigón. Construida en 1943, se compone de dos volúmenes circulares intersecados cuya cubierta se extiende para formar una marquesina cuya ondulación en planta parece reconocer el borde del agua e invitar al baile. El paisajismo, obra de Roberto Burle Marx, completa la intervención con jardines articulados en armonía con las curvas del edificio y del lago que lo circunda.
En 2002, tras décadas de uso comercial discontinuo y deterioro, la edificación fue restaurada bajo la supervisión del propio Niemeyer, recuperando su esencia y convirtiéndose en Centro de Referencia de Urbanismo, Arquitectura y Diseño. Hoy alberga exposiciones, seminarios y eventos culturales diversos, manteniendo su vocación original de punto de encuentro y socialización urbana.
ANÁLISIS: La intervención ejemplifica la capacidad de la arquitectura para generar espacios de encuentro y socialización. El volumen principal, formado en planta por dos círculos secantes, se diseñó para albergar un restaurante con espacio para la orquesta, en un ambiente diáfano y transparente, y una banda de servicio y cocina contigua. En el exterior, el jardín trabajado por Burle Marx incorpora una escultura y un escenario para espectáculos al aire libre, conectado con unos vestuarios.
La decisión de Niemeyer de emplear curvas continuas, particularmente en la marquesina serpenteante, no solo aporta dinamismo estético y conexión con el uso previsto, sino que también favorece la relación del recinto con el lago Pampulha y genera un paseo con vistas panorámicas enmarcadas. Esta integración armónica entre arquitectura y paisaje es uno de los mayores aciertos del proyecto, reforzando la idea de un espacio común flexible y acogedor, que propicia encuentros espontáneos y múltiples formas de socialización. La materialidad combina el hormigón armado visto con los azulejos blancos y azules de herencia portuguesa, hibridando sin conflicto modernidad y tradición.
La prolongada interrupción funcional que sufrió el edificio hasta 2002 puso de relieve ciertos desafíos en la adaptación del espacio arquitectónico a usos alternativos cuando las circunstancias sociales cambian bruscamente. Esta problemática plantea la necesidad de integrar una mayor flexibilidad en los programas arquitectónicos destinados al ocio público.
Luca Bullaro, “Experimentos ‘a mano libera’ de Oscar Niemeyer: ensayo de clasificación por tipos”, en Dearq, n.º 24 (2019), pp. 170-186. link
Ramón Rodríguez Llera, “Un paisaje patrimonial moderno. El conjunto arquitectónico de Pampulha”, en Darío Álvarez Álvarez y Miguel Ángel de la lglesia Santamaría (coords.), Modelos de Paisajes Patrimoniales. Estrategias de protección e intervención arquitectónica (Valladolid: Laboratorio de Paisaje Arquitectónico, Patrimonial y Cultural, Departamento de Teoría de la Arquitectura y Proyectos Arquitectónicos, Universidad de Valladolid, 2017), pp. 182-189. link