DESCRIPCIÓN: El Mercado de pescados de Bergen, diseñado por Eder Biesel Arkitekter, se ubica en un enclave privilegiado en el patrimonio cultural de la ciudad. Su diseño responde al contexto y a las visuales a respetar mediante una planta triangular. El proyecto plantea una cubierta que protege el espacio del mercado disolviendo los límites a nivel de la planta baja, gracias a fachadas acristaladas que pueden abrirse completamente. La flexibilidad del espacio interior permite usos diversos durante todo el año, brindando comodidad, protección climática e higiene a comerciantes y visitantes.
El mercado incorpora elementos históricos reinterpretados, como el borde curvado original del muelle reflejado en el pavimento de granito de la plaza, junto con lamas de madera en tonos tradicionales (ocre, rojo oscuro y blanco) que velan la planta superior y dotan al conjunto de una identidad visual contemporánea y arraigada en la tradición local. En la planta alta se sitúan una oficina de turismo y el Norwegian Sea Food Centre, espacios desde donde se ofrecen vistas panorámicas hacia el centro histórico.
ANÁLISIS: El Mercado de Bergen representa un acertado equilibrio entre innovación y respeto al contexto histórico-cultural. Su principal fortaleza radica en la capacidad de integrar la actividad comercial tradicional con las exigencias contemporáneas, creando un espacio flexible y adaptable a las diferentes estaciones y usos del año. La decisión de emplear una fachada acristalada móvil, que puede abrirse completamente en condiciones favorables, aporta dinamismo visual y funcional, promoviendo una relación directa entre el mercado interior y las actividades exteriores, potenciando así la vida urbana y comunitaria en el entorno inmediato.
La utilización del vidrio como material predominante es particularmente acertada, ya que permite mantener una visibilidad amplia hacia el centro histórico, además de reflejar una reinterpretación contemporánea de las construcciones tradicionales noruegas. Asimismo, la incorporación simbólica del borde histórico del muelle en el pavimento enriquece el diálogo entre pasado y presente y potencia la memoria del lugar.